Café Tortoni

El Café Tortoni, ubicado en el 825 de la Avenida de Mayo, en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Su nombre casi sin dudas procede del que fuera a fines del siglo XIX el célebre Café Tortoni de París. Durante casi un siglo el Café Tortoni porteño-argentino es el más representativo del espíritu tradicional de la dicha avenida de Mayo, y es ya una leyenda de la ciudad de Buenos Aires. En tal café funcionó la peña literaria de mayor predicamento de Buenos Aires, liderada por el pintor Benito Quinquela Martín.

En la actualidad sigue siendo un lugar de difusión cultural y turístico por excelencia.

Este bar pertenece al selecto grupo de bares notables de la Ciudad de Buenos Aires, grupo que reúne a los bares y cafés más representativos de la ciudad y está oficialmente apoyado por programas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

La Peña del Tortoni

En el café funcionó “La Peña“, inaugurada en 1926, que fomentó la protección de las artes y las letras hasta su desaparición en 1943, y que era capitaneada por Benito Quinquela Martín.

Fue una idea que Quinquela Martín adquirió en un viaje por Francia y decidió poner en práctica en su país, donde amigos y colegas que disfrutaban de la buena conversación no disponían de un espacio adecuado para reunirse. Esta peña había nacido en el café La Cosechera (calle Perú y Avenida de Mayo) y se trasladó luego a las mesas del Tortoni. Como con el tiempo el lugar quedó chico, Curutchet ofreció la bodega de vinos para que pudieran reunirse con más comodidad y trasladó la vinería a otro lugar. Así la sede de la peña, llamada Agrupación Gente de Artes y Letras, se inauguró el 24 de mayo de 1926 y realizó tareas de difusión cultural mediante conciertos, recitales, conferencias, y debates.

Entre los asistentes se encontraban, entre otros, Alfonsina Storni, Baldomero Fernández Moreno, Juana de Ibarbourou, Arthur Rubinstein, Conrado Nalé Roxlo, Antonio Bermúdez Franco, Ricardo Viñes, Roberto Arlt, José Ortega y Gasset, Jorge Luis Borges y Florencio Molina Campos. Las mesas vieron pasar figuras de la política como Lisandro de la Torre, Ernesto Palacio y Marcelo Torcuato de Alvear; figuras populares como Carlos Gardel (quien cantó una vez un tango en homenaje al autor italiano Luigi Pirandello, que acababa de dar una conferencia en La Bodega) y Juan Manuel Fangio; prestigiosas figuras internacionales como Albert Einstein y Federico García Lorca; y jefes de Estado como Juan Carlos de Borbón.

Cuando la agrupación cerró en 1943, se aprovechó lo recaudado por la venta de los muebles (entre ellos un piano Steinway en el que tocaron Arthur Rubinstein, Alejandro Brailowsky, Lía Cimaglia Espinosa y Héctor Panizza) para obtener el granito con el que Luis Perlotti realizó el monumento a Alfonsina Storni en Mar del Plata, comprar amoblamiento para el recreo en el Tigre donde muriera Leopoldo Lugones y erigir un monumento a la memoria de Fernando Fader en Mendoza.

La mesa de Gardel

Carlos Gardel, además de cantar dos veces en el café, fue durante un tiempo habitué del lugar. Solía ocupar –según testimonio de Enrique Cadícamo – la mesa del costado derecho junto a la ventana entrando por Rivadavia, donde podía reunirse con amigos sin ser abordado por sus admiradores.